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JERICÓ ABRAZÓ EL OSO DE ANTEOJOS

En Jericó, el repicar de las campañas se hizo sentir tanto como las voces de los niños del municipio de Betania que desde la tarima ubicada en el parque principal corearon: “Donde hay osos hay bosques, donde hay bosques, hay agua, donde hay agua, hay vida” y también lo expresaron en lenguaje de señas, para que nadie se quedara sin entender.

 

Desde temprano, niños de todas las edades quisieron abrazar al oso de anteojos: algunos pintaron sus caritas, otros aprendieron a diferenciarlo de las demás especies de osos que habitan en el mundo, lo moldearon con plastilina y lo convirtieron en obras de arte. Otros estamparon su imagen colorida en camisetas, camibusos, chaquetas y hasta en pantalones. En la función de títeres La familia de las Nubes, comprendieron los riesgos que enfrenta el también conocido como oso andino.

 

 Al final, los que salían de misa, los recién llegados, los que alistaban sus mercados para llevar a las fincas, se detuvieron a escuchar el Concierto de Andrex Carrango y la Banda la Retreta, que evoca sonidos de carranga tradicional con otros tan clásicos como el violín. Las letras alusivas a la vida campesina divirtió a los más chicos y ciertos mensajes de doble sentido, dibujaron sonrisas en los mayores. Los más audaces bailaron solos y otros en parejas.

 

Con la realización del Festival en Jericó muchos conocieron con sorpresa de la existencia del oso de anteojos en su municipio, se enteraron incluso de su avistamiento en veredas como La Raya y muy cerca de la Cuchilla Jardín- Támesis.

Quienes participaron en el seminario académico “Educación y cultura para la conservación”,  realizado en el Teatro Santamaría, aprendieron que Jericó es uno de los municipios que hace parte del “Corredor biológico del oso de anteojos”, indispensable para mantener conectadas las poblaciones de osos que se distribuyen en la cordillera Occidental desde Risaralda, Caldas, Chocó, el Suroeste y Occidente de Antioquia hacia y desde los núcleos Parque Nacional Natural Orquídeas y complejo de páramos Frontino – Urrao. Dicho corredor biológico permite la continuidad de procesos ecológicos y evolutivos, y la provisión de servicios ecosistémicos -oferta hídrica, captura de carbono, regulación climática, polinización del café, recreación y cultura- fundamentales para la adaptación a los cambios ambientales y el desarrollo regional.

 

Con tristeza y preocupación también se informó que entre los años 1990 y 2015, se registró una deforestación o degradación promedio del 15,6% de los bosques en los municipios del corredor. Los municipios que registraron mayor porcentaje son Jericó (100%), Támesis (100%), Betania (50%), Andes (36,7%), Betulia (27,3%) y Frontino (18,7%).

 

El seminario académico contó con la participación de Gustavo Wilches Chaux, quien a través de fotografías planteó: “Hablamos de que hay que salvar el planeta, pero el planeta se está salvando solo. El planeta ha activado su sistema inmunológico para sacar una plaga: nosotros. Más bien tenemos que salvar la posibilidad de que los seres humanos sigamos siendo parte del planeta”. En el seminario también se desarrolló la propuesta “Ecología en el patio de la escuela” liderada por el profesor norteamericano Peter Feisinger y se dieron a conocer experiencias nacionales y extranjeras de conservación de la biodiversidad.

 

El Festival del Oso de Anteojos hace parte del programa Abrazando Montañas, que lidera la Corporación GAIA y que gracias al apoyo de las autoridades ambientales, organizaciones sociales, universidades, administraciones municipales y departamentales, ha emprendido por más de ocho años, acciones estratégicas para la protección del oso de anteojos, de sus bosques y su biodiversidad. El Festival se ha realizado en los municipios de Jardín, Támesis, Urrao y esta cuarta versión se realizó en Jericó del 31 de mayo al 2 de junio de 2019, con el respaldo de la Alcaldía municipal y otras organizaciones aliadas.

 

En el marco del Festival se realizó el “Segundo Encuentro de Reservas de las Sociedad civil nodo Citará, Cartama y Penderisco”, el cual permitió un diálogo de saberes entre experiencias académicas y comunitarias para la preservación y contó con la participación de pobladores de diversos municipios del suroeste antioqueño.

 

En el Museo MAJA, los asistentes tuvieron la oportunidad de conocer la instalación Paramus Vitalis, de la artista Magaby Cabreio, que les permitió caminar por el páramo, hogar del oso de anteojos, percatarse de su fragilidad, comprender que de allí nace el agua que se escurre por las montañas y baja a nuestras quebradas y ríos. Precisamente esta artista hizo parte del conversatorio De farallón a farallón narrativas del territorio, diálogo en el que participaron también el músico Carlos Andrés Restrepo y la docente Estela Girón. El conversatorio abordó cómo el arte, la música y la literatura tocan la sensibilidad de los públicos para promover el conocimiento y la valoración de la biodiversidad.

 

El Festival del Oso de Anteojos continuará su recorrido por los municipios del Suroeste y Occidente antioqueño. El próximo año la cita es en Ciudad Bolívar. Oportunidad para seguir aprendiendo, ahondando en el conocimiento del oso de anteojos, sus ecosistemas, pero sobretodo para seguir sensibilizando a sus pobladores de la importancia de preservar los bosques y la vida de los osos de anteojos y por ende nuestra permanencia como especie en el planeta.

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